martes, diciembre 21, 2004

¿Qué hace el Opus Dei por los pobres?

Esta pregunta hecha así es injusta con el Opus Dei, porque da a entender que no hay pobres en el Opus Dei, lo cual es inexacto. En el Opus Dei hay personas de toda condición económica, social, cultural, etc. Sin embargo, a todos, con mucho o poco poder adquisitivo se les anima a que sean generosos con los demás.

A manera de ejemplo, voy a detallar algunas iniciativas que realizan miembros del Opus Dei en el Perú. Probablemente se conozcan poco, porque no tienen mucha propaganda, pero en el fondo manifiestan que la gente del Opus Dei tiene sensibilidad social.

En Cañete, el Instituto Rural Valle Grande lleva más de 35 años trabajando por mejorar las condiciones de trabajo de la gente del campo. Lo mismo se puede decir del Instituto Condoray, que apuesta por el desarrollo de la mujer campesina, a través de la educación.

En Abancay, además del Centro Médico y leprosorio, está el asilo de ancianos y el puericultorio. En Arequipa, el Centro de Formación Humana San Josemaría realiza planes de ayuda a las mujeres de escasos recursos.

En Piura, el Centro Médico de la Universidad de Piura hace frecuentes campañas de atención a gente de bajos recursos, en diversos caseríos del medio Piura. Promueve una campaña de nutrición en el asentamiento humano Algarrobos. Hay proyectos de ayuda al desarrollo de zonas pobres, como uno reciente en la localidad de Chalaco, en la sierra piurana.

En Lima, hay un programa de voluntariado llamado Manos Solidarias, que facilita a todos los que tengan inquietud social la posibilidad de ayudar en hospitales y asilos. Hay un comedor infantil en Chorrillos, una escuela técnica en Comas (HUMTEC). Un miembro del Opus Dei promueve escuelas rurales agrarias (Pro Rural) a lo largo del Perú.

En todos los centros juveniles se busca que los chicos tengan preocupación por los demás. Se organizan periódicamente planes de visitas a gente necesitada: hospitales, ancianos, familias de pocos recursos. Anualmente hay planes más organizados de ir al interior del país para participar en algún plan de ayuda social, como el reciente campamento del Centro Cultural Tradiciones en Atumpata, Abancay.

Por supuesto que no es suficiente, que siempre se puede hacer más, pero que no se diga la gente del Opus Dei no tiene preocupación social.