Fragmento de la entrevista que le hizo José Gabriel Chueca, de Perú 21, a Luis Enrique Cam, jefe de prensa del Opus Dei en el Perú, publicada el 26-03-08. Lamentablemente la versión completa es sólo para suscriptores de Perú 21.
Crecí en el barrio chino. Ahí se respiraba comercio. De hecho mi papá es comerciante. Nunca creí en Papa Noel porque el 24, en la noche, mi papá estaba trabajando en el negocio y, a las 12, sólo teníamos tiempo de ir a la casa a pasar la media noche y a dormir.
Su especialidad, en Odontología, es salud pública
Sí. Publico una revista sobre salud bucal comunitaria. Y hemos formado un grupo "Odontorrural", con el cual visitamos pueblitos de Abancay y Ayacucho para hacer atenciones. También hemos ido a zonas periféricas de Lima.
¿Cómo así llegó a estar a cargo de la oficina de prensa del Opus Dei?
Soy miembro del Opus Dei desde hace doce años. Cuando terminé la universidad, hicimos una revista odontológica que me involucró en el periodismo. Y el vicario regional del Opus Dei pensó que yo podía apoyar a la oficina de información.
Se suele asociar al Opus Dei con la derecha de la Iglesia. Se dice que trata de copar espacios políticos.
Hay quienes piensan así. Pero, cuando conocen la Obra, se dan cuenta de que sus miembros tienen entera libertad en sus decisiones políticas, profesionales, sociales y familiares. Cada uno es libre y responsable de sus decisiones. Yo soy dentista y el Opus Dei no me dice cómo curar un diente. Y lo mismo sucede en política. Alguien que participe en política tomará sus decisiones.
Como Rafael Rey
Como Rafael Rey. Y también habrá personas en agrupaciones de izquierda. No será el Opus Dei quien esté detrás.
¿Cómo les fue con el Código da Vinci?
Leí el libro por motivos profesionales. No vi la película. Pero después del estreno, sufrió una caída tan rápida que ni falta hizo. El Código da Vinci nos dio una gran oportunidad para salir a comunicar lo que es la Obra y no esa caricatura que ponían en la película. Tuvimos como eslogan de trabajo, hacer del limón limonada. Recibimos muchas llamadas pidiendo información.
¿Usted no estaría a favor de que se censuraran libros o películas como esas?
La oficina de información no promovió ningún boicot ni protesta. Aprovechamos, más bien, para informar.
O sea que les fue favorable.
Creo que sí. No esperaba que la película tuviera tan poca aceptación considerando el éxito del libro. Pero se estrenó y dejaron de sonar los teléfonos. Así son los designios del Señor.