sábado, abril 30, 2005

Benedicto XVI y el Opus Dei

Nuevamente vuelven los "expertos" en Eclesiolología a decir que el Opus Dei salió beneficiado con la elección del Cardenal Ratzinger como Papa. Afirman que su línea doctrinal va más acorde con el Opus Dei y los llamados "grupos radicales" en la Iglesia, como los Legionarios, Comunión y Liberación, los Neocatecumenales, etc.

El esfuerzo de ir desentrañando las falacias argumentales no deja de ser arduo, pero es necesario. Veamos. En primer lugar, algunos medios planteaban la elección del nuevo Papa en términos que denotaban desconocimiento de lo que es la Iglesia. Ponían sus esperanzas en que el nuevo Papa tendría que hacer "cambios" necesarios en la postura doctrinal tradicional de la Iglesia. Es decir, piensan que la doctrina de la Iglesia, se puede cambiar a gusto de la opinión pública.

La Iglesia Católica es la custodia de la doctrina de Cristo. No puede, aunque quisiera, cambiar una doctrina inmutable. Le va en ello su razón de ser. A veces esta doctrina puede chocar con el ambiente, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia. Pero su fuerza le viene justamente de la firmeza en la fe. Dice el Evangelio de hoy: "Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia".

Luego algunos medios decidieron que las cuestiones que había que afrontar el nuevo Papa tenían que ser las "no tocadas" por Juan Pablo II, como es el caso de los anticonceptivos, el matrimonio de homosexuales, la ordenación de mujeres, el divorcio, etc. Si mal no recuerdo estos temas han sido ampliamente tratados por Juan Pablo II. Basta leer la encíclica Evangelium Vitae, los discursos del Papa, recogidos en Teología del Cuerpo, los documentos de la Santa Sede sobre la homosexualidad, el sacerdocio, etc. Es decir, esos temas sí han sido tocados, sólo que como no ha sido a gusto de algunos analistas, estos los tratan como si no existiesen.

Esperaban, pues, un reformador no católico como Papa. Al ser elegido el Cardenal Ratzinger y ver que, como es de esperar, la doctrina católica no va a cambiar, dicen ahora que han quedado desilusionados. Lo cual les habría ocurrido con cualquier Papa elegido. Entonces se ponen a inventar historias y leyendas negras acerca de bandos y divisiones en la Iglesia, dando cabida a comentarios de teólogos disidentes, que ya casi ni son católicos.

El Prelado del Opus Dei emite un comunicado manifestando, como es lógico y como ha ocurrido con toda institución católica, su alegría por la elección del nuevo Papa y esto es aprovechado por algunos medios para decir que el Opus Dei "salta de alegría".

No hace falta más que ver la cantidad de gente que siguió de cerca estos extraordinarios momentos para decir que toda la Iglesia saltó de alegría con el nuevo Papa.